AYELÉN…
Tenía planes.
Un futuro inminente ya decidido, trazado cuidadosamente. Tal vez no era lo que de verdad quería para mi vida o alguna vez soñé siendo niña, pero estaba preparada. Después de todo, había sido mi propio método designado para salvar las tierras de mi gente.
Pero… antes del gran paso a la nueva vida que me esperaba, deseaba un momento sólo para mí. Uno que eligiera sin motivos ocultos, sin lazos tironeándome del cuello. Uno que deseara realmente. Uno que atesoraría con una sonrisa el resto de mi vida.
Perseguirlo y seducirlo se había sentido correcto y me hizo feliz. Sólo por el tiempo que duró el momento. Lo único que me trajo fueron dramas y problemas. Derrumbé mis propósitos. Y ahora estoy tan perdida que no sé qué hacer.
Si tan sólo él no me odiara tanto.
AUGUSTO…
No tenía planes.
Me había cansado de intentar que la gente a mi alrededor estuviera satisfecha y contenta conmigo. Pronto entendí que a la única persona a la que debía rendir cuentas era yo mismo. Me desprendí de casi todo, formé mi propio camino paralelo. Dejé atrás miles de cosas… aunque no todas.
Entonces vino ella.
Ayelén rompió mi sistema, se metió en él e hizo estragos. Lanzó la cuerda y me enlazó. Ahora realmente no hay salida, y tampoco encuentro la ruta correcta para seguir.
Si tan sólo pudiera dejar de culparla.