domingo, 27 de marzo de 2016

ECOS: Adelanto #2

"Enfilo por el pasillo, entro en mi habitación y cierro la puerta. Giro y se me escapa un alarido, apretándome contra la madera.
Jorge está ahí, de pie en medio de todo. Sus ojos mirándome a través de la suave luz del velador. 
Me llevo una mano al pecho, masajeándome. Esto es demasiado para tomar en una sola noche. ¿Acaso no querías que viniera? ¡Dejaste la persiana abierta! Es verdad, deseaba que viniera. Y acá está, glorioso, ocupando casi todo el espacio con su presencia tan poderosa. Es magnético. Por un momento, no nos movemos, ni hablamos. Su mirada es la única que sube y baja, tomando nota de mi cuerpo.
Trago saliva porque al fin da un paso hacia mí. Y luego otro. Y otro. Hasta que me tiene arrinconada contra la puerta.
—Si así lo preferís, puedo irme—murmura, su tono ronco erizando cada poro de mi piel—. Pero si permitís que me quede, te prometo que no te vas a arrepentir…"




sábado, 19 de marzo de 2016

ECOS: Adelanto #1

"—Por favor, Santiago—le ruega Adela, rebusca entre él y Jorge y no consigue resultados—. Déjalo estar, por favor. ¡Hacelo por mí! ¡Por tu hermana! ¡Dé-ja-lo ir!
Los oídos de la Máquina no parecen funcionar. Arremete contra Jorge, lo toma de sus ropas rotas y manchadas, formando puños y soltando un gruñido. De un solo empujón lo envía al piso, él tipo cae sobre todo su peso, emitiendo un grave estruendo de huesos y músculo pesado. Se queda allí, mirando a su verdugo caminar a su alrededor con la respiración enloquecida, recto en su estatura. Furioso es poco decir.
—Si te levantas—avisa Santiago, frenándose, apretando la mandíbula—. Si te posas sobre tus pies… te mato."






martes, 8 de marzo de 2016

Próximamente...



ECOS

Vulnerable…

Esa fue la primera palabra que parpadeó en mi mente, la primera vez que la vi. Así la describí.
Vulnerable. Delicada, gentil, abierta, dulce. Pura.
Todo lo contrario a lo que yo soy, y a lo que necesito en realidad.
La quiero, ¿para qué negarlo? Pero me resisto. Mi cuerpo la reclama, lo ignoro. Hasta que la negación ya no es una opción llevadera.
Soy débil en lo que a ella se refiere. Pierdo. Caigo.
Pero prometo que la empujaré lejos cuando los ecos de mi pasado decidan al fin disparar contra mí.
 Ya he amado una vez y salió mal. No cometeré el mismo error dos veces.

Tempestuoso…

Es todo lo que sus ojos dorados cuentan sobre él. 
Está lleno de sombras e intenciones oscuras. 
Y ansío saber todos sus secretos bien guardados.
No es la clase de hombre que alguna vez creí que me atraería. Pero lo hace, me tiene con solo un roce. Mi cabeza da vueltas y mi sangre bulle con sólo permanecer juntos en la misma habitación. Lo quiero de todas las menaras que existen, tan intensamente que me es imposible soltarlo.
Lo sostendré incluso cuando su pasado le caiga encima. 
O… ¿será él quien me sostenga a mí?



sábado, 5 de marzo de 2016

TACTO (Furia de los Leones MC #4)



Todos somos perseguidos por el pasado, funciona tal como una sombra. A cada lado que vas, allí está él. Es lo que nos hace quienes somos, el que nos guía el camino a seguir, y nos enseña a no volver a cometer los mismos errores. Mi pasado es como mi marca registrada, no importa si cada vez que lo recuerdo me provoca sufrimiento y un fuerte sentimiento de humillación. Tuve que pasar por eso para llegar a ser quien soy ahora.

El Perro.

Puedo ser Alex Castillo para algunos, aunque prefiero tener un apodo de carretera, así siento que me alejo de lo fui alguna vez. Me avergüenzo, aunque sé que no debería. Entiendo que tengo que sentirme orgulloso, pero eso decíselo a mi alma contaminada, ella no está a favor. Deseaba seguir siendo pura, no le gusta lucir manchas. Sin embargo, hay algo que ella tiene que procesar de una maldita vez: cuando naces de este lado tan poco privilegiado de la vida, las manchas son necesarias para sobrevivir. Si no haces el trabajo sucio te mueres. Y no lo hice sólo por mí, sino por los que amaba. Así que, tengo que superarlo.

Tengo que hacerlo a toda costa, porque quiero a esa dulce chica para mí, la deseo tanto que me carcome por dentro. Y, lo siento, voy a tenerla. Cueste lo que cueste. Porque parece ser una de las pocas cosas que se sienten correctas en mi vida, además de mis hermanos. Ella sana mis heridas cuando me habla, ablanda mis duras cicatrices cuando me toca.

Y no estoy dispuesto a dejarla ir.

ADVERTENCIA: Esta historia es recomendable sólo para mayores de 18 años. Contiene lenguaje adulto, descripciones violentas y situaciones sexuales explícitas.


CUSTODIADO POR LA DIRECCIÓN NACIONAL ARGENTINA DEL DERECHO DE AUTOR

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