lunes, 25 de enero de 2016

TACTO: Adelanto #3

"Su dedo índice se pasea en la tela justo a su lado, el movimiento me desconcentra un momento. Baja un poco el rostro y se muerde el labio inferior, alcanzo a verlo antes de que la cortina de cabello castaño rojizo caiga, cubriéndola. Me gustaría saber qué hay en su mente ahora mismo.
—Entonces debes gustarle mucho—insiste, elevándose nuevamente en mi dirección—. Supongo que a las chicas les gustas—va más allá, estira una comisura de sus labios.
¿Me está tanteando? No sé qué es lo que quiere conseguir con eso. Tal vez ¿saber si soy un tarado arrogante, de esos que saben cuándo tienen a todas las mujeres babeando detrás?
—No me interesa gustarle a las chicas—suelto.
Sólo a una”, pienso. Sonríe plenamente al fin y me deleito en toda ella. “Levántate y demostralo”, insiste una voz en mi cabeza. Me niego. “Bésala. Bésala y que todo se vaya a la mierda”. ¿En serio? ¿Qué carajo está mal conmigo? Este no soy yo, estoy perdiendo el norte. La voz sigue insistiendo y me inquieto en mi sitio, la apaciguo lanzando la verdad, “es muy apresurado”. La remato con una promesa: “pronto”.
— ¿Eso quiere decir que… te gustan los hombres?—impulsa.
Me río, no puedo frenarme antes de soltar la primera tanda de suaves carcajadas. Caigo hacia atrás relajándome contra el respaldo de mi silla y dejo que me sostenga mientras descanso mis manos en mi abdomen.
—No—indico, tosiendo—. No soy gay. Sólo me tomo el asunto con calma cuando se trata de mujeres…—me convenzo de que eso cuenta como explicación. (...)"

Alex


martes, 5 de enero de 2016

TACTO: Adelanto #2

"—Te quedaste en silencio…
—Lo sé.
— ¿En qué pensás?—quiero saber.
Mi curiosidad ganando batallas en mi interior. Necesito entender qué significa esta pausa entre los dos, la tensión de su cuerpo envía olas de contagio hacia el mío.
—En las terribles ganas de besarte que tengo—musita, tan bajo que pienso por un momento que oí mal.
— ¿Qué te detiene?—me inclino sobre él, buscando su calor.
Sus manos suben por mis brazos y están indecisas, como si quisiera apretarme contra su pecho, o empujarme hacia atrás. Lejos.
—No podré parar…—suspira, su aliento golpea mis labios entreabiertos.
— ¿Qué te detiene?—reitero, ya que esa aclaración no es un impedimento de nada, no es excusa.
Mi boca se ha secado y el oxígeno entra por mi nariz caóticamente, al compás de los latidos acelerados de mi corazón.
— ¿Alex?
— ¿Qué?—expulsa, sin aire.
—Estoy esperando—insisto."